miércoles, 22 de abril de 2015

LA REVUELTA DE ROBREGORDO. Fotos.

Una fría y neblinosa mañana tiene por escenario el temeroso acercamiento de los soldados y campesinos al bosque que alberga la torre del malvado Conde Orloc.


El Padre Jacques al frente de los campesinos


Frank Marshall dirigiendo las tropas imperiales de alabarderos.

 Los mercenarios Ogros de los que nadie se fiaba un pelo. Al internarse en el bosque en busca del Conde Orloc los mercenarios parecían obedecer las órdenes. Se desplegaron en el flanco izquierdo y se dirigieron contra el grueso de la horda de esqueletos que el Conde había convocado.

Pero de repente los Ogros dieron la vuelta y se aproximaron a los campesinos con malas intenciones. ¿Por qué? 
Pues por que el malvado Conde lanzó un hechizo de animadversión hacia los Ogros y el torpe de mí falló la tirada de salvación mágica para luego lanzar un "6". Lo justo para que con un +1 tratándose de otra raza diferente los Ogros tuvieran que moverse hacia los alabarderos e intercambiaran insultos y provocaciones. Suerte que no pudieron cargar.


Pero el intercambio de insultos no trajo nada bueno y finalmente ogros y alabarderos se liaron a tortas.

Hay días que mejor cortarse las manos. Nuevo "6" en la tirada de animadversión. Los ogros cargan. Ahora sin excusas.

Ogros contra soldadetes. Los ogros machacaron a los soldados que fallaron su tirada de liderazgo y huyeron. Los ogros intentaron no perseguir pero la furia de un ogro es imparable.

Soldados y ogros abandonaron el escenario ante la divertida mirada del Conde Orloc.


El padre Jacques y los ballesteros ignorantes de la debacle más allá del bosque continuaban su cauteloso avance, creyendo que los soldados y los ogros estarían atrayendo a las fuerzas del Conde Orloc.


Con valor los campesinos lograron rechazar a los primeros esqueletos que les atacaron.


Pero por su flanco se acercaban el Conde Orloc y sus fuerzas de resucitados.


El Conde no hacía más que recitar infames y horripilantes letanías. Y a su alrededor iban surgiendo de la tierra más esqueletos.
Un grupo de esqueletos, a penas tres, cargó contra los ballesteros. Estos pese a su valentía aguantando la carga y destruyendo algunos esqueletos sucumbieron al feroz ataque de un único esqueleto. ¿Cómo luchar contra un no-muerto? Las fuerzas de la oscuridad no temen a la muerte, pues son la muerte personificada.

Mal día para empuñar dados. 
Si ya es difícil perder un combate contra sólo un esqueleto, llegado el caso, ¿qué hacer si tienes que tirar moral? 
Pues fallar de nuevo.

¡Ballesteros en huida!




Amenazados por todas partes los campesinos y el padre Jacques terminan por huir.


El Conde Orloc ríe siniestramente satisfecho. 

QUE TODO EL MUNDO APRENDA A TEMER A LA OSCURIDAD.
ESTO ES SÓLO EL PRINCIPIO...


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